La gran mayoría de las personas amanecen deseando que sea viernes. No me preguntes por qué, nunca entendí qué hay de malo con los lunes o cuán odioso es un miércoles… No caigas ante el pesimismo colectivo (se nota mucho más en las redes sociales) con el único motivo de tener algo para compartir con los demás; si vas a ser de las que maldice desde el tráfico hasta cada cosa que tiene que hacer en el trabajo, adelante, no te juzgaré por ello, pero sí te prometo que la vas a pasar… no tan bien como los que vomitamos arco iris cada lunes a las 7:30 AM 😉 La verdad es que:

Somos pocos pero existimos los que adoramos empezar cada día con nuestra mejor sonrisa puesta, una canción alegre y todas las ganas de comernos el mundo. Empezar así, con una actitud fuerte y brillante te regalará esa mirada pícara y desafiante con la que podrás vencer cualquier reto que se te presente; los demonios, esos que se te cruzarán (porque nunca faltan) perderán sus formas y caerán de rodillas ante ti; si tropiezas y terminas con algunos rasguños, nunca faltará una mano amiga que, entre carcajadas y bromas, te ayudará a levantarte… transformando ese momento en una sonrisa que te pasará a visitar cuando menos te lo esperes pero más lo necesites, un día cualquiera.
Enfrentar la vida, salir a disfrutarla… con la felicidad bien puesta y acompañada de un escudo sano, predispuesta a recibir lo más rico del universo, te regalará una perspectiva muy valiosa: si tú quieres, si tú realmente te lo propones, si se te da la gana de obviar la mala vibra y saludar al mundo con lo mejor de ti y entregarte con intensidad y pasión, vas a sacarle lo mejor a tus horas.

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